lunes, 6 de marzo de 2017

~Sueño~

Y si tuviera la oportunidad de mirar tus ojos cada noche lo haría, me desvelaría sin hacer más nada que contemplarte.  De mirar la calidez de tu mirada, la ternura de tus gestos, el calor de todos esos sentimientos que  transmites cuando tú me miras a mí.
Amo tus pestañas, el color de tus ojos y cuando en ellos me reflejo. Me encanta el color que agarran tus mejillas cuando te veo, cuando impaciente desvías la mirada para evitar la mía, en ese absurdo intento de que no me dé cuenta de tu nerviosismo.
Te amo y sería imposible no hacerlo, porque cuando siento el calor de tu respiración sobre la mía, siento como mi cuerpo se reaviva, con el deseo ferviente de poseerte y tocar cada parte de tu cuerpo, de esa suave piel que tanto anhelo.
Me contengo con la esperanza de poder mirarte más tiempo, porque sé que en cualquier momento este sueño en el que he caído puede terminar…
Amo dormir, soñar, soñar contigo.
 Es la única forma en la que puedo por fin estar contigo…


miércoles, 7 de septiembre de 2016

~Sin fuerzas~

Me gustaría que estas palabras se llevaran el dolor que ahora siento, me gustaría comprender el porqué de todo esto que hoy me pasa.
No sé cuándo fue que los malos sentimientos tomaron tanto poder sobre mí, no entiendo cómo fue que deje que las lágrimas adornaran mi rostro como si fueran maquillaje.
Solo sé que ya no soporto todo esto que siento, ya no puedo con todo esto que me pasa y parece que de a poco me consume. No tengo ya las fuerzas para sobrevivir a esto, ya parece que vivo más por inercia que por deseo.
Y desearía un día despertar y haber olvidado todo lo malo por lo que he pasado, me gustaría recuperar las fuerzas que hoy me han abandonado.
Y luchar, vivir felizmente sin preocupaciones de nada, poder dormir con una sonrisa y no derramando lágrimas.
Amanecer con ganas y no con los ojos hinchados.
Sí, me gustarían tantas cosas pero la vida es tan dura que hoy cuando escribo esto deseo la muerte más nada, porque ya me canse de levantarme todos los días y sumergirme en la monotonía en la que se tornó mi vida.
A veces o quedan esperanzas en mí, a veces desearía de verdad morir, pero sé que incluso muerta sería una carga. Que el enterrarme sería un gasto innecesario si no fuera tan débil.
Pero no sé qué hacer, todo poco a poco se fue obscureciendo, cegándome. Dejándome estúpida ante los problemas pasajeros, antes las paredes frías  y apretadas que a veces pareciera que me quisieran absorber.

Así que solo me queda esperar a que el tiempo pase y ver si es verdad que las heridas cura, como bien lo decía esa frase que no recuerdo en donde encontré…

viernes, 26 de agosto de 2016

Te creí...

Creí en él y sus palabras huecas, creí en sus besos y miradas vacías. Quise creer en él y su falsa sinceridad. Y ahí con todas esas creencias se fue mi dignidad, se fue mi felicidad y cada una de las lágrimas que por él derrame.
Y me lastimó quizás como nadie más lo hizo. Jugó con mis sentimientos, los estrujó y los hizo pedazos, pedazos sangrantes de un amor olvidado y menospreciado.
Dolió, duele y tal vez duela mucho tiempo más sin tener la seguridad de cuánto. Y lo odio, odio saber que en el fondo de mi ser aún queda un rastro de esperanza pendeja que quiere creer y lograr lo que en todo este tiempo no he podido lograr.
Tal vez soy muy estúpida, tal vez mi vida no valga nada, tal vez mi amor es muy miserable y por eso es menospreciado como a la basura.
Odio, lo odio a él con todo el amor que le tengo, tan grande e incinerante que duele tenerlo aquí adentro de mi corazón que se agita al verle, de mi mente que lo mantiene en mis pensamientos sin permiso, de mis pulmones que se quedan sin aire cuando sienten su desprecio. Me duele el cuerpo al ya no sentir más sus frías caricias invitándome un poco a pecar.
No sé cómo sacarlo de mi mente, mucho menos de esa parte de mí ser que me hace amarlo y necesitarlo de esa manera estúpida. Soy tan mierda, tan tonta, tan mísera.


miércoles, 24 de agosto de 2016

Sentí

Hoy cuando te tuve entre mis brazos, sentí como mi cuerpo se estremecía en un temblor dudoso y doloroso. Sentí mi garganta cerrarse mientras respiraba tu aroma de media noche, fue horrible y aun así ame esos segundos como si fueran los últimos de mi vida.
Tal vez sea demasiado tonta, tal vez demasiada ciega. Pero aun así tenerte entre mis brazos después de tanto me devolvió un tantito la vida que hoy se presentó en las lágrimas que después y ahora derramo. No sé porque lloro, por que duele y me hace sentir tan mal todo esto que siento.
A veces me gustaría no sentir ya por nadie nada, vivir el día a día solo pensando en mí, pero entre más te quiero olvidar, más me haces falta.
Te extraño, ya no tus besos, tus caricias ni palabras. Extraño tu presencia, la tranquilidad con la que a tu lado dormía, extraño la calma de mirarte a los ojos y sentirme querida. Si te extraño en mí siendo feliz.
Extraño tanto esa felicidad que a tu lado tenia y de la que hoy solo quedan recuerdos amargos y lágrimas.
Quisiera hoy dormir en tu nombre pero despertar en el olvido, en la liberación de la sensación de tus brazos rodeándome en aquel último abrazo, en el que temblorosa te decía adiós.


domingo, 21 de agosto de 2016

Yo te amaba...

Yo te amaba tanto que ya no recordaba a mi primer amor, y es que me entregué tanto a ti que de todo me olvidé. pero...
Hoy cuando me tomaste de las muñecas lastimándome, cuando escuche todas esas palabras frías e hirientes, fue que comprendí que tú jamás me quisiste. Me di cuenta que para ti solo fui un cuerpo para satisfacer necesidades y fantasías.
Cuando vi en tus ojos el odio con el que me mirabas fue que entendí que ya jamás podría abrazarte para sentirme segura.
Cuando el dolor en mi corazón a causa de tus golpes se hizo presente minutos más, lloré, lloré mientras escribía esto, con los dedos temblorosos y las lágrimas nublándome la vista.
Siempre quise algo hermoso a tu lado, pero todo solo fueron pesadillas de las que hoy cuando despierto en esta terrible realidad no me quedan ya más ganas de vivir y saber que sin ti aun no puedo vivir.
Duele como tú tal vez jamás te imagines, duele el cuerpo y el alma como jamás había dolido. Porque ni la muerte me había dolido tanto como tus palabras, como tus acciones, como tus manos lastimando mi cuerpo.
Quisiera odiarte y hacer lo mismo contigo, pero no puedo, aun después de tanto dolor en mi corazón eres intocable.

Hoy quisiera dormir y no despertar más, quisiera olvidar todo lo que viví a tu lado y ya jamás llorar por un amor que jamás existió.

Si miro al cielo.

Dentro ya no queda nada, más que el recuerdo de aquel ayer…
Ya no hay nada… solo unas cuantas lágrimas que aún no han salido, pero que si miro el cielo por las noches tal vez no haya necesidad de derramarlas.
Poco a poco me fui dando cuenta de que dentro de mí ya no hay nada, solo un recuerdo de aquel ayer que por poco a veces olvido.
Y no importa, no importa si se queda o si emprende una marcha hacia el olvido.
Basta mirar al cielo por las tardes y encontrarle formas a las nubes para suspirar y soltar los nudos en la garganta que puedan atorarse.
No importa si hoy te olvido, porque con el paso de los días me he dado cuenta de que dentro de mí no hay ya nada, solo el recuerdo del ayer que ya no añoro.
Y es que cuando miro al cielo y veo las pocas estrellas que hay, recuerdo que así mismo hay muy poco de ti aquí adentro, que con las lágrimas poco a poco todo se fue.
Y de verdad ya no importa nada, porque sé que si miro al cielo y veo el caminar de la luna recordaré que sigo viva, y así como la luna sigue aun en tormentas, ventiscas y hasta eclipses, no se detiene, sigue su curso… tal vez lastimada, tal vez cansada, pero sigue ahí sobre mí, demostrándome que aun a pesar de todo ella está ahí viva, dándome el alivio de que dentro de mí ya no hay nada…
Ya no hay nada que me haga necesitar de ti, de tus besos fríos y miradas vacías, que así como el Sol solo sale por un momento, mi corazón pude vivir plenamente sin su calor, así como sin tu amor… Tardío y sin sentido, vacío y olvidadizo…
Y es que dentro de mí ya no queda nada, solo el recuerdo de aquel ayer que no debió ser…

Y está bien, porque si miro al cielo, me doy cuenta de que tal vez en algún lugar del mundo alguien más lo mira, un alguien que tal vez si sea para mí…

sábado, 20 de agosto de 2016

Extraño...

Cuando era pequeña lo que más quería era poder crecer, así como tú o ella lo deseaban, así como él y aquella. Pero hoy cuando vivo todo esto que es mi vida, me doy cuenta de lo inocentes que son los niños, allí mientras juegan entre la tierra, cuando lloran al caer y duelen los raspones en los codos y rodillas.
Cuando era pequeña aun así vi el dolor reflejado en los ojos de muchas personas, de mi madre, de mis tías y demás personas que por la calle observaba, creía que tal vez se habían caído como yo, pero por más que busque las raspaduras en su cuerpo jamás las halle.
Y es que en ese entonces yo no sabía que las raspaduras y moretones ya no eran visibles a los ojos de los demás, aquellas marcas ya iban impregnadas en sus corazones, en sus entrañas. Fue horrible darme cuenta de eso, porque para saberlo tuve que vivirlo.
Entonces estas marcas y dolores duelen más que un golpe, que un regaño de mi mamá.
Duelen en el alma como las inyecciones cuando enfermaba, pero como si fueran mil en el mismo lugar, no en un brazo o un glúteo, sino en el corazón, en este que de a poquito va sufriendo entre mentiras, decepciones, desamores, muerte y engaños.
Nunca nadie te prepara para los dolores del alma, nadie te dice que habrá un día en que el corazón duela más que una muela picada, que tus ojos derramaran más lágrimas que cuando ibas con tu mamá al doctor por una vacuna.
Extraño esos días en los que mi única preocupación era la de acabar la tarea a tiempo para ver mi programa favorito.
Nadie te prepara para los dolores de la vida, del corazón y del alma.
Y es que yo sé que en la vida no todo se trata de dolor y sufrimientos, que habrá momentos en que daremos gracias por la oportunidad de vivir y ser feliz, si lo sé, en algún punto de mi vida yo también lo he gozado.
Pero sabes, hoy cuando escribo estas letras, estas palabras, estos párrafos sin sentido, no soy feliz, poco falta para que mis lágrimas caigan de mis ojos, poco falta para que la ira me conduzca a golpear las paredes, no te imaginas cuantas son las ganas de desgarrar mi carne, de dormir y no despertar.
Y no, no es una queja, no es que me haga la sufrida, es tan solo la necesidad de decirte que hoy cuando estoy sola necesito de ti, de él y de ella. De su calor en mi cuerpo, de esos abrazos que hoy extraño. De las risas, de las comidas, de las fiestas, los dulces y hasta los payasos aunque los odio.
Te extraño mucho, a ti que le diste sentido a los primeros años de mi vida.
La extraño a ella que me engendro y me dio la oportunidad de extrañarte a ti, a él y a ella.
Lo necesito a él, que hoy no está conmigo y no sé si vuelva a ver.
Extraño esos momentos de mi vida en los que las risas eran tantas que me dolía la panza.
Extraño con desespero esa fuerza que antes tenía y no me dejaba caer. Me extraño a mí, a esas ganas que tenia de no caer, de ya no llorar, de soportar todas y cada una de las cosas que hoy pasan en mi vida.
Y sé que tal vez no me entiendas, que tal vez rodaras los ojos cuando me leas, que quizá una risa sarcástica salga de tus labios. Pero no importa porque mi fin no es hacer que tu o ella, o el entiendan. No, tan solo quería sacar esto de mi pecho en la única forma que hoy puedo.

Escribiendo…